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Sanando mi niño interior

El niño interior representa una parte importante de nosotros mismos, guarda intacta e inconscientemente, los traumas que vivimos de 0 a 7 años. Esto es regulado por nuestros día a día trayendo situaciones iguales o similares a las que sufrimos en la niñez.

¿Por qué sanar mi niño interior es importante?

Las heridas, los recuerdos, traumas sufridos en la niñez, son parte de la personalidad que hoy tenemos.

Los miedos que manifestamos, la ansiedad, el estrés, los ataques de pánico y enfermedades, todo es producto de nuestro inconsciente, que se va manifestando a lo largo de nuestra vida. Los dolores , molestias y bloqueos energéticos, nos impiden vivir una vida feliz y plena.

¿Cómo se manifiesta el niño interior?

Al pasar los años, este niño herido se va escondiendo en lo más profundo de nuestro ser. Él sale a la luz en determinadas circunstancias de nuestra vida. Por ejemplo, cuando nos encontramos con un jefe que nos regaña o nos da órdenes constantemente, eso refleja el recordar a nuestros padres cuando nos castigaban.

Cuando necesitamos crea una idea o proyecto comenzamos a usar la imaginación que teníamos de niños. Aquí entra el niño interior que se manifiesta de forma inconsciente y muy pocas personas se percatan que actúa en ese momento con el niño interior y no desde un adulto responsable. Esa es una razón por la cual repetimos situaciones dolorosas, fracasos matrimoniales, problemas con los jefes, amigos, con mama, papa y nuestros hijos.

¿Cómo saber si nuestro niño interior está herido?

  • Sientes frustración ante determinadas situaciones de la vida
  • Tristeza continua en la vida
  • Sientes un peso cortante en tu espalda
  • Apego emocional por personas o situaciones
  • llorar sin motivos
  • miedos irracionales
  • Sientes dolor, odio y rencor
  • Respondes de manera explosiva ante situaciones de estrés
  • Saboteas tus metas constantemente
  • Inicias algo pero nunca lo finalizas
  • Te aíslas emocionalmente de las personas
  • Dificultad para confiar en los demás
  • Desmotivación por convivencia social

¿Qué pasa si no sanas tu niño interior?

Cuando nos negamos a vivir el dolor de las heridas de la niñez, creemos que estamos haciendo lo mejor o lo correcto. Ocultar y no sanar la herida, nos bloquea la energía en todos los aspectos de nuestra vida, nos condenamos a vivir en el dolor físico, mental y espiritual. El trabajo comienza con el niño interior para transformarnos en adultos responsables y felices.